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15/11/09
The Atomic Café
The Atomic Cafe es una colección de films propagandisticos que trataban de concienciar al público americano sobre la bomba nuclear y decirles que ésta no era una amenaza. Producidos durante los comienzos de la guerra fría, éstos filmes trataban de eliminar los temores de la población hacia la bomba. En ésos tiempos existía una especie de "halo misterioso" al rededor de la bomba. La gente no sabía realmente que era, salvo que era lo más destructivo jamás hecho. Sin duda alguna éstos filmes que contiene el documental son un pedazo de historia.
En el se recogen fragmentos de películas de los años 40 y 50 de los archivos documentales del gobierno estadounidense -propaganda educativa y defensa civil- y relacionadas con la energía nuclear y la bomba atómica. Se trata de una visión escalofriante y sacárstica de la paranoia norteamericana sobre la Guerra Nuclear y de su inconsciente campaña de mentiras y desinformación. Incluye escenas surrealistas que muestran a soldados ubicados en áreas devastadas por explosiones nucleares y cuya única protección son unas sencillas gafas de sol, a una piara de cerdos ¡uniformados de militares! y abandonados a morir en una zona de máxima devastación durante una prueba nuclear para comprobar si los seres humanos (cuya piel tiene la misma consistencia que la de los cerdos) pueden soportar la prueba ... y también una película de dibujos animados donde “La Tortuga Burt” enseña a los niños de una escuela a agacharse y esconderse bajo sus pupitres ("duck and cover") en el caso de que se produzca una explosión atómica.
Una advertencia importante: Recordad que NO se trata de una ficción y que las campañas mediáticas de alarma y desinformación NO finalizaron en 1950.
Puedes creer que es una falso documental, pues tampoco.
Es una magnifica obra, que rescatando imágenes de archivo, consigue dar una creativa dirección a la historia que cuentan, a través de eso, de la historia. Otra parte más del rompecabezas del miedo. Tiempos de barbarie para unos, tiempos felices para otros. No entendemos como un país no se avergüenza del genocidio cometido en Hiroshima y Nagasaki, sino que además se sienten orgullosos de ello. De la caza de brujas y la batalla anticomunista poco podemos añadir, la palabra libertad que siempre sale de sus bocas pero nunca de sus actos se vuelve vacía y hueca, viendo este documento estarás entre la sonrisa, por lo ridículo de sus campañas, y la rabia por el enorme cinismo e hipocresía del la mayor potencia mundial.
Fuente: Naranjas de Hiroshima
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